lunes, 21 de junio de 2010

¡FELIZ DÍA DE LA MÚSICA!
Saca tu guitarra, canta, vibra y que la música fluya por las venas.

domingo, 20 de junio de 2010

Aún quedan historias por contar


Y versos por escribir. Algunos que tú no leerás, 
otros que simplemente obviarás.
Mejor no leas, no vaya a ser que te des cuenta
de mi plan maléfico. 
Yo también me quedo atónita.
Amor.
Silencio...

sábado, 19 de junio de 2010

Un día estás hablando con un amigo y te dice: "Mira Celia, escucha esto. Es un gran amigo. Te dejo su myspace." Yo no estaba muy por la labor, es decir, no es que no quisiese, pero son cosas que casi nunca te sorprenden. No esperas encontrarte con algo bueno. Y luego tienes que soltarle a tu amigo lo típico de: "Está muy bien. Me gustó."
Pero bueno, hay primera veces, ¿no? Esta fue una. Le di a Reproducir y puse el volumen al máximo. Recosté mi cabeza sobre mis manos, apoyadas en la silla. Escuché. Escuché música y no cualquier clase de música, escuché una muy buena. La guitarra sonaba genial, de veras. Después de oír, percibir y sentir las 4 canciones de su myspace, le dije a mi amigo: "Oye, me gustó mucho."
Sí, fue un "me gustó mucho" muy sentido.
Tampoco hay que decir que sea la cosa más buena que escuché en mi vida, pero sí, estaba muy bien. Eso mismo: "Me gustó mucho."

El myspace es el siguiente: http://www.myspace.com/omarjtawilmartinez

viernes, 18 de junio de 2010

¿Qué hacer...... cuando un elefante anida en tu ojo?


Hoy caminaba plácidamente por la calle. Yo qué sé, observando el aire y esas cosas estúpidas, cuando un elefante africano, de enormes dimensiones, quiso hacer de mi ojo su hogar. Lo consiguió, haciendo así de mi ojo un órgano hospedador. La calle me miraba, bueno, miraba mi ojo rojizo y lleno de lágrimas. Así que decidí llorar hasta que el elefante se ahogase en lágrimas. Pero no lo conseguí, y tuve que ir al hospital (válgame Dios). Inundaron al elefante en líquido naranja y viscoso, pero no conseguían retirarlo de su hogar ni con chorros de agua a presión. Así que tuve que volver a casa, con la siguiente receta: Colirio para los ojos. Una gota cada tres horas.

¡TODO POR TU CULPA!

Por ello, decidí escribir unas reglas fáciles para cualquier persona con un elefante de vecino ojil:
  • No intentes sacudirlo con tu propia mano. Puedes crear un terremoto o algo parecido, pero nada más. No conseguirás echarlo de allí.
  • Llora, llora y llora, al menos así podrías dejarlo un pequeño rato inconsciente y aprovechar para vivir dos minutos de gloria en el paraíso donde nunca un elefante vivirá en tu ojo.
  • No le digas a nadie que tienes un elefante en el ojo, podrían aparecer cazadores de marfil y se armaría una algarabía que no desearás tener en tu globo ocular.
  • No le soples al ojo. No sirve de nada y tu cara no será de lo más favorecida.
Aunque en realidad, el mejor consejo que se puede dar es: ANDA CON GAFAS DE SOL.

jueves, 17 de junio de 2010

Disfrutas de un día de teatro, con una pareja de novios, vaya nimiedad. Te sientas en un lugar recóndito, esperas que nadie te descubra, esperas sentirte sola, quieres sentirte así y disfrutar del soliloquio de Segismundo con el corazón abierto y las entrañas despojadas, llenas de rosa y rojo. Entonces, mientras vas pensando, una pareja se sienta a tu izquierda. Una mujer, que me habías descrito días atrás. Un hombre, que había visto en sueños momentos atrás. Y reconocí que era una casualidad. Que todo aquello no era más que el puro destino. Sonreí con la cara avergonzada, yo los conocía, pero ellos a mí de nada. Después de tu llamada, dirigimos un corto: "Hola" que a mí pareció hundirme en el asiento avergonzada. "No, no soy de su clase" le dije atolondrada. Y entonces el telón se abrió y todo lo demás quedó en una simple sonrisa.

miércoles, 16 de junio de 2010

Estambul, Orhan Pamuk

Un libro. Te sobrecoge, te lleva por las recónditas calles de un Estambul desconocido, la ciudad en la que el premio Nobel Orhan Pamuk se desenvuelve en su infancia. Nos retrata momentos, recuerdos e imágenes sobrecogedoras de cómo él interpretó su propia ciudad durante su niñez. Sus páginas, plagadas de amargura y nostalgia, nos conducen por un mundo donde un niño de ocho años escribe con la conciencia de alguien de cincuenta. Orhan Pamuk, escritor que dice no temer a la política y al realismo de sus historias, nos lleva de la mano por lugares plagados de melancolía, por su familia, por su idioma, la religión, la Turquía que él mismo concibe.
Según sus propias palabras:
Si hubiera algo de ficción no debería decirlo. ¿Quiere que le cuente un secreto? Pues podría decirle que todas mis novelas son ciertas y todas mis memorias son falsas.

martes, 15 de junio de 2010


Llamar a la puerta y no responder.
Beber una taza de té y recordar que finalmente pude olvidarte. Que no eras más que pura filtración, un tanto escasa y taciturna para mí. Porque ya no esperaré tu llamada. No siento nada, hago las maletas y dejo todo en los cajones. Olvidando, y reescribiendo la historia de lo que fue, de lo que es y de lo que pudo ser. Un instante, y, más que nada, acabaste siendo un simple sueño.


El sol, por primera vez, adelanta su paso y surge por el Oeste. Pero qué más te da, tú sólo quieres oír palabras sordas y mientes cuando dices que nunca.... que nunca eso.